Palabras olvidadas. Bocaditos de nata inolvidables

Este es mi último comentario sobre el "Congresito de la Lengua Española", celebrado en la ciudad colombiana de Medellín el año pasado en el que los niños, después de haber trabajado duro y bien, quizás mejor que los adultos, llegaron al un acuerdo para decidir que las 10 palabras menos usadas, aquellas que alguna vez fueron empleadas con asiduidad, pero que se han ido olvidando son:

Ágape: fiesta que estrecha lazos de hermandad.
Cántaro: vasija para recoger agua.
Chéchere: algo viejo y deteriorado.

Güete: contento con algo.
Embeleco: cariño empalagoso, engaño, cosa molesta, juego, enredo, montaje, capricho.
Embrollo: lío, dificultad sin resolver.
Menjurje: sí, no creáis que me quivoco, se dice menjurje y mejunje = ungüento, revoltijo.
Modorra: pereza.
Pañolón: pañuelo grande que se ponen las señoras para ir a la misa.

Pipiolo: persona joven, niño, muchacho, principiante.

Además llegaron al compromiso de volver a hacer que estas palabras sean de uso cotidiano en el hablar de esta nuestra hermosa lengua, que tantísimo ha aportado a la literatura universal.

Os dejo una receta que, como las palabras, nunca se puede olvidar: los tradicionales bocaditos de nata, los de siempre, ¿quien no los ha comido.?, y se ha puesto el bigotillo blanco, blanco. Además nos dan un montón de posibilidades tanto para tomarlos solos, como para formar parte de un surtido de pastelitos o "petit fours" o bien con salsa de chocolate en cuyo caso los llamamos profiteroles. Con esta receta ya no los tendréis que comprar congelados. Siempre sale bien.

BOCADITOS DE NATA
Ingredientes para 35-40 piezas aproximadamente:
Para la pasta:
¼ litro de agua
50 gr. de azúcar
¼ litro de leche
300 gr. de harina
150 gr. de mantequilla
7 huevos de los medianos ó 6 grandes
corteza de limón
10 gr. de sal

Para el relleno:
1 litro de nata líquida para montar
150-200 gr. de azúcar glas, según lo dulce que guste
azúcar glas para salpicar al final

Preparación: Calentar la leche con el agua, la sal, la corteza de limón, la mantequilla y el azúcar. Cuando rompa el hervor retirar la corteza de limón y añadir de golpe la harina; mantener a fuego muy suave y trabajar unos minutos hasta que la mezcla esté fina y se desprenda de las paredes del cazo. En este punto retirar del fuego y agregar los huevos de uno en uno, de manera que hasta que no esté bien incorporado uno no se agrega el siguiente. Llenar con la masa una manga pastelera y poner sobre placa de horno forrada con papel rosetas gruesas del tamaño que se desee y según el uso que se le vaya a dar. Cocer en el horno a 180º-200º C hasta que estén dorados e inflados. Dejar enfriar un poco con el horno entreabierto para que queden más crujientes. Una vez fríos abrir, pero no del todo, y reservar. Montar la nata que deberá estar bien fría, también es interesante que tanto el recipiente como las varillas las tengamos un rato en el congelador o en la nevera. Cuando esté semimontada añadir el azúcar glas y terminar de montar. Poner la nata en manga pastelera con boquilla rizada gruesa y rellenar los bocaditos. Salpicar con azúcar glas y poner en bandeja para servir.

Merece la pena hacer esta cantidad porque, una vez fríos y sin rellenar, se pueden congelar muy bien y echar mano de ellos en un determinado momento.

Recordad que los bocaditos de pasta choux al ser de un sabor casi neutro combinan también muy bien con rellenos salados.

Por cierto ahora estoy pensando en qué hacer para el evento de Hemc sobre la soja, no sé, a ver qué invento. Quizás este fin de semana tenga la solución al problema.